No existe comunicado oficial por parte de la empresa, que manifiesta que “reafirmamos que no se renuncia a la planta de Monzón, sino que se pospone y condiciona a futuras subastas”. Pero hay quien interpreta que se trata de un paso atrás para dedicar sus esfuerzos inversores en otras instalaciones que tiene Forestalia repartidas por España.
Varios medios de comunicación se hacen eco este jueves de una “paralización” del proyecto de la planta de Biomasa de Monzón, que suponía una inversión de unos 100 M€, y la creación de unos 50 empleos directos amén los indirectos; este supuesto freno al proyecto se achaca a la interposición de varios recursos (incluso al contencioso-administrativo) planteado por organizaciones como Ecologistas en Acción-Cinca, a quienes la empresa culpa directamente de las continuas trabas burocráticas y administrativas con las que se han encontrado. Eso le sirve a Forestalia para mirar hacia el norte, donde se halla inmersa en un proyecto en la provincia de León y que cuenta que el apoyo explícito por parte de la Junta de Castilla y León, a pesar de que también cuenta con movimientos de oposición.
Hay que recordar que la Autorización Ambiental Integrada concedida a la empresa para su proyecto, contemplaba que la planta (ubicada a 600 m del casco urbano) estuviera en funcionamiento en 2020, y en declaraciones a Heraldo de Aragón, el vicepresidente del grupo, Fernando Muñoz, ha sido tajante al señalar que “la inversión de Monzón no está en peligro. El presidente quiere hacer la planta a toda costa. Los proyectos requieren de medio año de obras, por lo que tienen margen suficiente para que esté en servicio entre finales de 2019 y marzo de 2020”.