EN ESA VISITA LOS OBISPOS INFORMAN AL PAPA DEL ESTADO Y SITUACIÓN DE SUS RESPECTIVAS DIÓCESIS
Un grupo de obispos viajan a Roma del 13 al 18 de diciembre para cumplir su obligación de la visita Ad Limina Apostolorum, la visita que todos los obispos diocesanos deben realizar a «los hogares (templos) de San Pedro y San Pablo» en Roma. El objetivo de la visita no es tan solo visitar la tumba de los apóstoles, sino también el de informar al Papa, cada cierto tiempo, del estado de las diócesis que gobiernan.
En este primer grupo de 24 obispos se encuentra el arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano Subías; el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo; el prelado de Huesca y de Jaca, Julián Ruiz Martorell; el obispo de Teruel y Albarracín, José Antonio Satué y el obispo de Tarazona, Eusebio Hernández Sola.
Para el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, será la primera visita Ad Limina y la afronta «con agradecimiento anticipado de poder vivir este momento de gracia y comunión, pero también con la responsabilidad de saber trasladar al Santo Padre la realidad de Barbastro-Monzón. Con este objetivo, y como ya se ha recogido en la memoria elaborada para esta importante cita, se ha analizado la situación diocesana desde dos ejes: las coordenadas visibles, relativas a los datos numéricos y estadísticos, y las invisibles, que no pueden cuantificarse pero constituyen su impronta característica y esperanzadora».