Con el fin de armonizar la convivencia ciudadana el ayuntamiento de Monzón ha dictado un bando recordando el cumplimiento en cuanto a ruidos y molestias en verano.
En la época estival, el calor invita a dormir con las ventanas abiertas, lo que conlleva el riesgo de percibir con mayor intensidad de lo acostumbrado los ruidos que se producen en la calle, sean habituales (tráfico de coches) o propios del verano (charradas a la fresca, verbenas de barrio, actuaciones musicales en bares y pubs…).
La Ordenanza de Convivencia Ciudadana y la de Protección del Medio Ambiente contra la Contaminación por Ruidos y Vibraciones, definen los comportamientos incívicos (“aquellos que sobrepasan los límites de las buena convivencia”), delimitan el “horario nocturno” (de once a ocho los días laborables y de doce a diez los sábados, domingos y festivos) y regulan el régimen sancionador.
Las Ordenanzas recogen los Procedimientos de Medida de Niveles Sonoros en Ambiente Interior, y especifican que, en todos los casos, la contaminación acústica o el ruido “molesto” serán medidos en el domicilio o local que fuere con las puertas y ventanas cerradas.
Así, a los ciudadanos generadores de ruidos (por su actividad, la de sus animales de compañía o por el funcionamiento de electrodomésticos o máquinas) se les pide el escrupuloso cumplimiento de las Ordenanzas, y a los que consideran invadidos su descanso e intimidad, que sean conscientes de que las ventanas y puertas abiertas agrandan la percepción del ruido (sobre todo por la noche), si bien, a la hora de dar contenido a una queja o denuncia, la medición se hará “con ventanas y puertas cerradas”.
No obstante, siempre que haya causa justificada (a la luz del articulado de las Ordenanzas Municipales), la Policía Local tramitará cualquier queja y abrirá el expediente que corresponda, el cual acabará en sanción o no.
Lo que se hace público para general conocimiento.
Rosa María Lanau,
alcaldesa de Monzón