El fin de semana desde el Club Montisonense de Montaña se organizó una salida al barranco de la Foncina (Guara) y un encuentro de los Juegos Escolares de Escalada.
El sábado nueve miembros del Club fueron a explorar un recóndito salto de 45 metros del barranco La Foncina, en las inmediaciones de Morrano (Sierra de Guara). Al tratarse del primer barranco que realizan este año y como todavía no está el tiempo para remojarse, optaron por algo corto y posiblemente seco, y por eso se decantaron por descender este desconocido salto, que no es más que un tramo del barranco La Foncina, que va a morir a la Peonera.
Tras una larga aproximación de hora y media por bellos parajes de altos paredones de caliza y una gran panorámica de las Tres Sorores, llegaron al salto en cuestión. Aunque el cauce del barranco va seco, en la vertical del salto escurre agua que va a parar a un covacho de pasaje obligado, dado que el rápel te empuja hacia él, y los participantes acabaron mojados. Los participantes señalaron que pese a que la cascada y su entorno es espectacular, quizá no compense semejante vuelta para un solo rápel.
Escalada Infantil
Por lo que respecta a la escalada, el domingo se desplazaron 8 pequeños escaladores más los familiares y monitores al rocódromo municipal de Pio XII, donde se celebró la segunda de las pruebas de la fase local de los Juegos Escolares de escalada. Unos 60 participantes había en total, de las escuelas de Barbastro-Estadilla, Benasque y Huesca, como siempre muy bien organizados.
En general todos escalaron bien, realizaron las vías equipadas por Dani Moreno y Taus, algunos de los cadetes, una vez terminada la competición pidieron volver a probar la vía final, ya que moverse por los techos se resiste un poco pero no será por la motivación y el espíritu de superación.
Al terminar se desplazaron hasta la escuela de iniciación que hay junto a la antigua cantera de Barbastro, sector conocido como Valcheladas y que fue reequipado, una labor «silenciosa» y desinteresada que el Club quiere reconocer a los reequipadores desde estas líneas.
Después hubo una comida conjunta en la zona de aparcamiento antes de ir a escalar a la zona del diedro. De un pabellón, pasar al aire libre, del rocódromo a la roca, al aire libre, el ambiente, la visualización escalando, el contacto con la roca de verdad, agujeros, regletas, cantos, la cuerdas en las mantas para protegerlas de la tierra, …
Una tarde estupenda, sol y buenas vistas, y agradecimiento a los padres-madres y acompañantes que animaron y disfrutaron también. La próxima más y mejor.
Escuela Escalada CMM